domingo, 6 de enero de 2008

La Monarquía española


El 10 de noviembre de 2007, durante la Cumbre Iberoamericana que se realizaba en Santiago de Chile, Juan Carlos I, Rey de España; espetó al Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, la famosa frase “¿Por qué no te callas?”.

Sólo cinco palabras fueron suficientes para generar una polémica internacional aun sin resolver y para reavivar el aquelarre interno sobre la conveniencia de la Monarquía española.

Independientemente de que como mexicano y republicano me sea imposible pensar siquiera en la Monarquía como un sistema valido para nuestro país y que afortunadamente la construcción de nuestras instituciones democráticas camina por distinto sendero, considero que no es posible aproximarse al entendimiento de la España de actualidad sin conocer a una de sus instituciones fundamentales.

Lo que es un hecho es que Juan Carlos I, quien ayer 5 de enero celebró su cumpleaños número 70, ha estado en el centro de la discusión desde mucho antes de ser proclamado como Rey hace 32 años.

La cuestión clave del debate es: ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI pueda existir en un país democrático una Monarquía hereditaria?

La realidad es que según diversos estudios de opinión la mayoría de los españoles son más “juancarlistas” que “monárquicos”.

Independientemente de que poco a poco crece el número de ciudadanos que simpatizan con el sistema republicano que eliminaría la Monarquía, la gran mayoría considera que la aportación de Juan Carlos I ha sido fundamental para construir la democracia en la que actualmente viven.

El estudio de octubre de 2006 elaborado por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) –institución del Estado español encargada de elaborar encuestas y otros estudios de opinión –, en el que se preguntó a los españoles acerca de doce instituciones, situó a la Monarquía en el tercer lugar de aprobación, sólo rebasada por la Policía y el Ejercito.

El 87% de los encuestados estuvieron de acuerdo con la afirmación de que "el Rey ha sabido ganarse la simpatía y el afecto de los españoles, incluso de aquellos que no veían la Monarquía con buenos ojos".

Asimismo la aceptación a la frase "el Rey ha probado que la Monarquía podría cambiar y adaptarse a las exigencias actuales de la sociedad española" fue del 79%; y el 75% de los encuestados estuvieron de acuerdo con la afirmación de que "la figura del Rey es para los españoles una garantía de orden y estabilidad".

Después de estos resultados, se esté o no de acuerdo con la corona, debe aceptarse que 32 años después de haber sido restaurada su salud es buena o al menos es mejor que la de la mayoría de las instituciones del Estado español.

Es un hecho que la Monarquía ha sido capaz, no sólo de adaptarse al juego democrático, sino de hacerlo de tal manera que la gran mayoría de los españoles la consideren una pieza clave del mismo. Históricamente no siempre ha sido así.

El 14 de abril de 1931, el abuelo del actual Rey, Alfonso XIII abandonaba España como consecuencia del rotundo triunfo de las fuerzas políticas republicanas en las elecciones municipales. Ese mismo año se proclama la República española.

Pocos años después, España entraba en una guerra civil, obteniendo en 1939 la victoria militar definitiva – pues en las guerras civiles nadie obtiene la “victoria” en amplio sentido – el bando más cercano a la corona que, aunque no la restauró, sí instauró la dictadura que concluyó hasta la muerte del General Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975. Por cierto, como consecuencia de esta conflagración, muchos españoles, entre ellos parte de la “élite intelectual” republicana, se refugian en México bajo la protección y auspicio del General Lázaro Cárdenas. Este episodio es recordado con profundo agradecimiento hacia nuestro país por el pueblo español.

Dos días después de la muerte del General Franco, el hijo de Juan de Borbón y María de las Mercedes de Borbón y Orleáns, Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, es proclamado Rey de España el 22 de noviembre de 1975, bajo el nombre de Juan Carlos I.

Lo hizo gracias al apoyo de Francisco Franco, quien se dice no simpatizaba con su padre por lo que accedió a restaurar la monarquía siempre y cuando éste permitiera que fuese su hijo Juan Carlos y no él mismo quien lo sucediera a su muerte.

Esta situación provocó que inicialmente, los españoles consideraran que Juan Carlos I era un instrumento de la dictadura para perpetuarse en el poder. No hay que olvidar que juró acatar los principios del Movimiento Nacional que buscaba la continuación del franquismo.

El verdadero golpe de timón lo da cuando impulsa el Referéndum para la Reforma Política que da inició a la transición democrática española.

Así las cosas, la Constitución de 1978 define a España como una Monarquía Parlamentaria. Se acotan de tal manera los poderes del Rey, que se dice “el Rey reina pero no gobierna”. Ejemplo de lo anterior es el relativo a la sanción de las leyes. El Rey simplemente no puede negarse a sancionar una Ley debidamente aprobada por el Parlamento. De hacerlo, primero deberá abdicar, por lo que dejaría de ser Rey.

Existe un momento clave en la consolidación de la actual Monarquía Española. El 23 de Febrero de 1981 Juan Carlos I, da un mensaje en la televisión, desaprobando el golpe de Estado que intentaban dar en ese momento diversas fuerzas de la Guardia Civil que prácticamente tenían secuestrado el Congreso de los Diputados. Este hecho lo afianzó como una figura garante del proceso democrático español.

Los retos actuales son muchos. Este mismo año, además del “¿Por qué no te callas?”, hubo diversos asuntos relacionados con la Monarquía española. Dos meses antes de la polémica visita de Juan Carlos I a las ciudades españolas en Arica de Ceuta y Melilla, grupos de jóvenes en distintos puntos del país incendiaban fotografías de los reyes, dando pie a que Partidos como Izquierda Unida pusieran sobre la mesa de debates el asunto de la Monarquía y de los costos que ésta conlleva.

La controversia está vigente y seguramente lo seguirá estando en los próximos años. Sin embargo, se aprecia sumamente difícil que al menos en el mediano plazo los españoles decidan cambiar su postura frente a una institución que a pesar de ser tan poco democrática en sí misma, tanto ha aportado a la consolidación democrática de España.

1 comentario:

  1. Es paradójico que todo lo que ha avasallado la dignidad del ser humano en épocas en que el más poderoso mandaba, continúe hoy obteniendo igual, o más beneficios que en otrora...

    www.nicolasespositochedel.com

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